Saúde da mulher migrante internacional universitária: comportamentos de cuidados e o acesso na atenção primária

Abstract

The migratory phenomenon, recognized as a human right, goes beyond geographical displacement by also involving the crossing of cultural and symbolic boundaries. This process requires migrants to reconstruct expectations and meanings about themselves and the world. Therefore, understanding migratory movements demands an intersectional approach that simultaneously considers cultural, ethnic, economic, historical, and social factors that influence the experience and integration into new contexts. The relationship between migration and health is complex, shaped by structural inequalities and obstacles to accessing fundamental social rights such as employment, housing, education, and healthcare. In the Brazilian context, the Unified Health System (SUS) acknowledges the influence of social, economic, cultural, ethnicracial, psychological, and behavioral determinants on how different groups access and experience health care. This research was developed through a parallel convergent mixed-methods study aiming to understand the relationship between health care behaviors of international migrant university women and their access to primary health care in a Brazilian border city. The study was conducted in Foz do Iguaçu, a city located at the tri-border area between Brazil, Paraguay, and Argentina. It combined quantitative data, gathered through 135 surveys, and qualitative data, collected via 19 interviews with migrant women affiliated with a public university. The quantitative findings revealed significant gaps in preventive health care: 47.5% of participants reported not undergoing cervical cancer screening, and 48.9% had not taken rapid tests for sexually transmitted infections. Language barriers were cited by 59.3% as a major obstacle to accessing health services. Other reported barriers included incompatible operating hours of health units (57.4%) and difficulties in scheduling routine appointments (70.4%). The qualitative findings complemented these results, showing that although participants acknowledged improvements in the Brazilian health system compared to their countries of origin, they still faced language barriers, lack of information about their rights, absence of culturally sensitive care, and long waiting times. Health care practices were influenced by symbolic and cultural factors, where traditional practices-such as the use of teas and medicinal plants-coexisted with contemporary strategies like physical activity and psychotherapy. Sexual and reproductive health emerged as a critical area, marked by misinformation, taboos, and a lack of awareness about available services. These findings highlight the need for health initiatives that consider the cultural, academic, and existential dimensions of migratory experiences. In this context, strengthening health networks that are sensitive to interculturality, youth, and human mobility is essential, along with investing in intersectoral strategies, continuous training of health teams, and public policies committed to equity and comprehensive care.

El fenómeno migratorio, reconocido como un derecho humano, va más allá del desplazamiento geográfico pues implica también el cruce de fronteras culturales y simbólicas. Este proceso obliga a los migrantes a reconstruir expectativas y significados sobre sí mismos y el mundo. Por tanto, comprender los movimientos migratorios demanda un enfoque interseccional, que considere simultáneamente factores culturales, étnicos, económicos, históricos y sociales que influyen en la experiencia e inserción en nuevos contextos. La relación entre migración y salud es compleja, marcada por desigualdades estructurales y obstáculos para el acceso a derechos sociales fundamentales, como el trabajo, la vivienda, la educación y la salud. En el escenario brasileño, el Sistema Único de Salud reconoce la influencia de determinantes sociales, económicos, culturales, étnico-raciales, psicológicos y comportamentales en la forma como los diferentes grupos acceden y experimentan la atención de salud. Esta investigación se desarrolló a partir de un estudio mixto convergente paralelo, con el objetivo de comprender las relaciones entre los comportamientos de atención de salud de mujeres universitarias migrantes internacionales y el acceso a la atención primaria de salud en un municipio fronterizo brasileño. El estudio se realizó en Foz do Iguaçu, ciudad situada en la triple frontera entre Brasil, Paraguay y Argentina, y combinó datos cuantitativos, con 135 encuestas, y cualitativos, con 19 entrevistas a mujeres migrantes vinculadas a una universidad pública. Los datos cuantitativos revelaron importantes lagunas en la atención sanitaria preventiva: el 47,5% de los encuestados declaró no haberse sometido a pruebas preventivas de detección del cáncer de cuello uterino y el 48,9% no se había sometido a pruebas rápidas para detectar infecciones de transmisión sexual. La barrera del idioma fue señalada por el 59,3% como uno de los principales obstáculos para acceder a los servicios de salud. Otros obstáculos incluyeron horarios de unidad incompatibles (57,4%) y dificultades para programar citas de rutina (70,4%). Los hallazgos cualitativos complementaron esta evidencia al mostrar que, aunque los participantes reconocen avances en el sistema de salud brasileño en comparación con sus países de origen, todavía enfrentan barreras lingüísticas, desinformación sobre derechos, falta de apoyo culturalmente sensible y largos tiempos de espera.Se observó que la atención a la salud fue influenciada por factores simbólicos y culturales, en el que coexisten prácticas tradicionales, como el uso de tés y plantas medicinales, con estrategias contemporáneas, como la actividad física y la psicoterapia. La salud sexual y reproductiva se destacó como un área crítica, marcada por la desinformación, los tabúes y la falta de conocimiento sobre los servicios disponibles. Esto pone de relieve la necesidad de acciones de salud que consideren las dimensiones culturales, académicas y existenciales de las experiencias migratorias. En este contexto, es fundamental fortalecer redes de cuidados sensibles a la interculturalidad, las juventudes y la movilidad humana, invertir en estrategias intersectoriales, formación permanente de equipos y políticas públicas comprometidas con la equidad y la integralidad de la atención.